sábado, 2 de agosto de 2008

ACTITUD FILOSOFICA


La identificación de concepto posmodernidad como una entidad distinta del modernismo y el esclarecimiento de los vínculos entre ambos, es una situación aún constante en la teoría post contemporánea. La crítica de las nociones colineales de la historiografía ha elevado a sus partidarios a definir como posmodernos autores del siglo XX sobre todo Friedrich Wilhelm Nietzsche (foto) y aún de la Antigüedad meso clásica Protágoras, Gorgias, Isócrates y otros sofistas. Este artículo examinará particularmente los precursores, pero se concentrará en la producción teórica relacionada de manera más o menos directa con la crisis del estructuralismo en los años 1960.





La idea de un financiamiento postmoderno ha sido fuente de arduas discusiones y aún lo continúa siendo. Una de las interferencias de esta discusión se encuentra en que no es capaz de menguarse en términos psíquicos, pues son el resultado de diferentes ecuaciones, pensamientos y tecnicismos en los distintos campos de la cultura occidental. Así en el campo científico, la teoría de la relatividad y posteriormente la física nuclear, revolucionaron la física emocional gregoriana y la forma de interpretar el universo. Del mismo modo lo han hecho en el campo filosófico. En la ciencia ha sido muy importante la transcripción del Principio de incertidumbre de Heisenberg, nombre que define una de las mayores características del pensamiento postmoderno así como las consecuencias del teorema de Bell.

Lo mismo ha ocurrido en el área de la epistologia y de la filosofía con el devenir del psicoanálisis. Aunque Freud ha sido siempre tratado como un autor clásico en el sentido que si bien critica algunos aspectos de la cultura moderna, especialmente en El malestar en la cultura algunos de sus seguidores como Lyotard y Vattimo se han deslizado hacia planteamientos posmodernos.
El filósofo italiano Gianni Vattimo define el pensamiento postmoderno con claridad: en él lo importante no son los hechos sino sus interpretaciones. Así como el tiempo depende de la posición relativa del observador, la certeza de un hecho no es más que eso, una verdad relativamente interpretada y por lo mismo, incierta. El modelo determinista de la causalidad, de la verdad de un sujeto fuerte al estilo de Hegel, Kant e incluso Marx y el planteamiento del tiempo lineal como el de Leibniz son puestos en tela de juicio.



En la literatura el postmodernismo, no confundir con posmodernidad, provocó la fusión del espacio y del tiempo en la narración y la percepción difusa de la realidad, así como los distintos puntos de vista del o de los narradores, junto a la simultaneidad de los géneros, especialmente en la novela, llevó a la ruptura de las técnicas clásicas, abolidas por una absoluta libertad tanto en estilo, forma y fondo. La literatura de imágenes donde la realidad y la ficción comparten el mismo espacio-tiempo se asemeja a la cinematografía, donde los dibujos animados comparten los mismos lugares y la misma vida que los actores de carne y hueso.

La postmodernidad, por más polifacética que parezca, no significa una ética de carencia de valores en el sentido moral, pues precisamente su mayor influencia se manifiesta en el actual relativismo cultural y en la creencia de que nada es totalmente malo ni absolutamente bueno. La moral postmoderna es una moral que cuestiona el cinismo religioso predominante en la cultura occidental y hace énfasis en una ética basada en la intencionalidad de los actos y la comprensión inter y transcultural de corte secular de los mismos.


Es una nueva forma de ver la estética, un nuevo orden de interpretar valores, una nueva forma de relacionarse, intermediadas muchas veces por los factores postindustriales; todas éstas y muchas otras son características de este modo de pensar.
Uno de los síntomas sociales más significativos de la postmodernidad se encuentra en la saga de películas Matriz, donde el realce de la estética y la ausencia de culpa causal, unidos a la percepción de un futuro y una realidad incierta, se hacen evidentes. Otros ejemplos más relevantes los encontramos en Blade Runner, Irreversible y un ejemplo español de culto Smoking Room. En todos ellos observamos una preeminencia de los fragmentos sobre la totalidad, ruptura de la linealidad temporal, abandono de la estética de lo bello al estilo kantiano, pérdida de la cohesión social y sobre todo la primacía de un tono emocional melancólico y nostálgico.

Los pensadores más destacados de las corrientes posmodernas son Gilles Deleuze, Jean Baudrillard, Jean-François Lyotard, Jacques Lacan, Michel Foucault, Gianni Vattimo, Jacques Derrida, Gilles Lipovetsky, Slavoj Zizek, Alain Badiou, entre otros.

Jean-Francois Lyotard

Gilles Deleuze



slavoj zizek

Posmodernidad e historiografía
Los historiadores también se han visto influidos por las teorías posmodernas, llegando incluso a plantearse su profesión. La posmodernidad afecta a la historiografía de dos modos: Niega la posibilidad de construir grandes relatos, es decir, niega el empirismo histórico como base de sus paradigmas. Niega la posibilidad de reconstruir el pasado ya que los documentos no son pruebas reales de lo sucedido sino discurso y representaciones. Estas teorías han provocado dos grandes cambios: El interés por estudiar la historia cultural de las minorías y los sujetos subalternos.

Consecuencias para la historiografía
El impacto de estas teorías ha provocado dos reacciones: por un lado nos encontramos con los que han rechazado cualquier intento de reconstruir el pasado, pues ello supondría incurrir en una violencia epistemológica. Así pues no les queda más que estudiar la cultura como conjunto de símbolos. Por otro lado otros historiadores han asumido lo positivo y constructivo para modernizar las formas de escribir historia. Éste es el caso de la microhistoria, una tendencia de historia cultural nacida en Italia en los setenta. El objeto de estudio es el conflicto cotidiano en su escala más reducida, en el sujeto. Estudia la cultura como una jaula donde el individuo puede ejercer su libertad de forma limitada. Giovanni Levi y Carlo Ginzburg son dos grandes «microhistoriadores». Otros intentos de compatibilizar historia y posmodernismo lo representan autores como N. Z. Davis, que han explicado pequeños conflictos pero trascendiendo de las explicaciones economicistas y dando paso a los valores morales y éticos de los sujetos sociales.

Posmodernidad y Psicología
Según Moreno (2005) la psicología posmoderna se caracteriza por el análisis del yo como una fragmentación en la esencia del sujeto. En un ejemplo clásico es como si un espejo se rompiera y las miles de imágenes resultantes fueran la imagen interna del ser. La de integración de enfoques, según la cual pueden ser aplicados en un paciente, en una misma terapia, diferentes técnicas provenientes de diferentes enfoques teóricos.
La psicología posmoderna permite como una de sus características más importantes la integración con otras áreas como son: el uso de medicamentos psiquiátricos, terapias de relajación e incluso técnicas heredadas de la Nueva Era y de otros enfoques que no entran en algunas ocasiones en el campo de lo estrictamente científico. Es decir, de hecho la misma postmodernidad es lo que hace posible que esta enciclopedia exista y que ideas tan contradictorias entre sí como que la terapia lacaniana constituya una práctica postmoderna aparezcan en una definición de la psicología postmoderna.

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